Durante la evaluación multidisciplinaria de obesidad, es muy importante no sólo realizar estudios de laboratorio y exámenes a los pacientes, sino conocer a fondo su realidad y aquellos aspectos de los cuales muchas veces no se es consciente. A continuación te contamos qué tipo de comedor eres.
OBESIDAD UN PROBLEMA DE PESO MAYOR
La obesidad es un problema de salud pública en todo el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), millones de personas fallecen cada año por problemas relacionados con la obesidad.
La obesidad puede favorecer la aparición de enfermedades o empeorarlas como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, apnea del sueño, riesgo de infarto al corazón y riesgo de cáncer, entre otros.
Si se es obeso y se tienen estas enfermedades, se reduce la expectativa de vida, pero por otra parte, si se baja de peso, estas enfermedades se pueden resolver o ser fácilmente tratadas.
ESTILO DE VIDA Y ALIMENTACIÓN
Identificar si se tenemos conciencia de lo que comemos es muy importante con miras a lograr un tratamiento efectivo de reducción de peso.
Saber qué comemos y con qué frecuencia no es suficiente, es necesario saber el estilo de vida que tiene el paciente y esto cómo se relaciona con situaciones de estres o con horarios irregulares de alimentación.
Es muy frecuente que el paciente obeso no tenga conciencia de lo que come, cuánto tiempo tarde en ello, si come cuando no tiene hambre o si bebe líquidos con alto contenido calórico (p. ej. bebidas azucaradas o alcohol)
Una vez se tiene conciencia de lo que comemos, un aspecto fundamental es poder determinar qué emociones se generan antes, durante y después de consumirlos. Esto será clave para dar recomendaciones específicas de cambios de conducta alimentaria.
CONDUCTAS DE ALIMENTACIÓN
Cuando evaluamos la forma de alimentación de un paciente y su frecuencia, podemos encontrar las siguientes conductas de alimentación:
- Picotear y comer en la cocina mientras se está de pie
- Comer mientras se cocina o se prepara algún alimento
- Comer rápidamente
- Consumir alimentos cuando no se tiene hambre
- Comer grandes cantidades de comida durante la noche
- Consumidor de bebidas carbonatadas
- Consumidor de bebidas con alto contenido calórico
- Pobre consumidor de bebidas
- Consumidor de suplementos vitamínicos y minerales
TIPOS DE COMEDOR
Al evaluar la historia alimentaria, el estilo de vida y las conductas de alimentación, de acuerdo con la Maestra Blanca Ríos especialista en Psicología de la Obesidad, se pueden identificar los siguientes tipos de comedores:
Comedor Emocional: Es aquel paciente que ante siuaciones de estrés o ante un estímulo positivo o negativo tiende a comer, generalmente carbohidratos.
Comedor de Dulces: Es aquel paciente que entre las comidas no puede dejar de comer dulces o chocolates.
Picador: Se trata de un paciente que entre las comidas consume pequeñas porciones de comida de cualquier tipo, bien sea durante todo el día o en algún momento especial.
Compulsivo: Se trata de un paciente que come grandes cantidades de comida en poco tiempo, sin tener hambre, presentandose en episodios leves (1 a 3 veces por semana), moderados (4 a 7 veces por semana), severos (8 a 13 veces por semana) o extremos (más de 14 veces por semana). Esto frecuentemente es denominado trastorno por atraconamiento.
Comedor nocturno: Son pacientes que en la mañana generalmente no comen, pero hacen pequeñas ingestas nocturnas generalmente acompañados de un deseo compulsivo después de la cena. Esto genera un círculo vicioso que puede llevar al paciente a tener insomnio y ansiedad por antojos.
Desordenado: Es aquel paciente que generalmente no cumple con los horarios de comida establecidos cada día.
Comida rápida: Se trata de aquel paciente que su comida diaria generalmente está compuesta de comida chatarra con abundancia de carbohidratos y grasa.
Mixto: Se trata de aquel paciente que presenta dos o mas tipos de comedor.
HAMBRE FÍSICA VS EMOCIONAL
Durante la consulta de obesidad damos recomendaciones y estrategias para la modificación de la conducta alimentaria y hacemos especial énfasis en que el paciente logre diferenciar el hambre física (de aquella que necesitamos para sobrevivir) del hambre emocional.
El hambre emocional se caracteriza por ser aquella que se despierta por algún estímulo positivo o negativo, que está enfocado en consumir algún tipo de alimento específico (p. ej. antojo por una hamburguesa), que se quiere consumir a pesar de estar lleno, que no genera conciencia (no se sabe cómo, cuándo ni dónde), y que puede o no llevar al paciente a sentimientos de culpa.
Nuestros pacientes de obesidad cuando se encuentran en preparación para cirugía bariátrica cuentan con un entrenamiento específico para lograr cambios reales de la conducta alimentaria.
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